domingo, agosto 06, 2006

EL PROTAGONISTA


DIARIO DE GUERRA (ELECTORAL)
José Agustín Ortiz Pinchetti
El protagonista
Hay quien dice que AMLO es el político más popular en México desde Madero. Ha despertado pasión e interés insólitos. Se han escrito varios libros para denostarlo y algunos para explicarlo como un fenómeno. Yo mismo he intentado hacer una contribución en Las claves de Andrés Manuel. Más allá del personaje, por obvio no resalta lo más importante: el fenómeno político que ha desencadenado su campaña y su presencia. Más de un tercio de la población se encontró con él en centenares de mítines. Resistió la mayor campaña mediática de descalificación y calumnias. Se autorganizó casi sin recursos y lo ha seguido con un entusiasmo y una fidelidad que no dejan de asombrar a sus colaboradores y amedrentar a sus adversarios. Aunque gran parte de los obradoristas son gente pobre, también se han incorporado a la corriente masas urbanas, sectores medios, profesionistas, empresarios. Difícilmente podría etiquetarse a esta gente como "izquierdistas" del viejo estilo. Son progresistas y seguramente su posición política es respuesta a la desigualdad social y al estancamiento económico. México vive en un sistema tan injusto como el que tenía Inglaterra a principios del siglo xx. La estratificación que tiene un componente racial muy importante, otro acicate para buscar un cambio. El programa de AMLO es un intento de modernización: reactivar la economía e iniciar la redistribución del ingreso, sin el cual la economía de mercado no podrá funcionar y seguirá estancada. Este segmento de la población que no quiere seguir la ruta conservadora es el verdadero protagonista en este dramático capítulo. Aunque es cierto que buena parte de la población pudo ser inducida a posiciones reaccionarias e histéricas, hay millones con un impulso muy poderoso que no podrá ser detenido. Ibargüengoitia en los años ochenta decía que el PRI era corruptor, pero que dependía de una masa corrupta que buscaba ansiosa sus favores. El segmento clientelar de la población mexicana se ha reducido. La población está entrando en una cultura secular y la influencia de la Iglesia se ha reducido. El desarrollo del sufragio, la libertad de organización y de oposición se han abierto paso en los últimos 20 años. El partido único o predominante está en escombros. El intento del PAN de volverse un partido hegemónico aliándose con las viejas estructuras corporativas está destinado a un desastre. La gente es cada vez más crítica, exigente y participativa. Por sí misma, la democracia es un acelerador de expectativas. El pueblo de México ha empezado a creer que mediante el sufragio puede cambiar su condición. La oligarquía y los sectores más reaccionarios pueden obstaculizar el crecimiento político, pero no podrán acabar con él. Una interpretación certera del fenómeno se encuentra en los discursos de Carlos Monsiváis y Sergio Pitol al poner el énfasis en la "gente". Y en el magnífico discurso de Elena Poniatowska ante 2 millones el domingo pasado: "Es imposible imponer otra humillación como la de 1988"... "Ya se nos prendió el corazón y lo levantamos con orgullo aquí en el Zócalo, en el centro de nuestro país, el origen de todos los Méxicos".
jaop@prodigy.net.mx La Jornada

ENTREVISTA / ANDRÉS MANUEL LOPEZ OBRADOR
ELENA PONIATOWSKA
Jamás cancelaremos el derecho a la esperanza
El cambio verdadero: abatir la desigualdad económica y social

Más allá del reconocimiento de su triunfo en la elección presidencial, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos afirma que la lucha es por hacer valer la democracia, que en países como México, con tanta pobreza, se convierte en asunto de sobrevivencia

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En nuestro movimiento hay humildad y orgullo, porque el poder también es humildad y no aspiramos a actuar con prepotencia; es muy satisfactorio defender principios e ideales, sostiene López Obrador Foto Carlos Ramos Mamahua. Estamos defendiendo la soberanía, porque el voto es la única defensa del pueblo, el único poder que tiene, y no podemos jugar con él, afirma Andrés Manuel López Obrador Foto Carlos Ramos Mamahua

La lluvia no cesa. Llueve sobre la ciudad como llueve en mi corazón, como escribió Verlaine. Llora mi corazón, la lluvia es su llanto. Cruz Mejía, un cieguito del campamento de Sinaloa, canta en el templete. "El pueblo manda/ Vicente no obedece/ y hay que meterlo al bote", reza una manta. Los del PRD han ido a tomar las casetas de las carreteras (salvo la de Toluca) para que los automovilistas no paguen peaje. Jesusa ordena: "Alguien que baje al cieguito del templete, porque van a subir los jaraneros". Estamos a 8 de agosto en el plantón del Zócalo y los jaraneros tocan y gritan a todo lo que dan. Hacen casi imposible la grabación de la entrevista e infernal la transcripción. Después de tantos días, Andrés Manuel se ha acostumbrado a los decibeles y sólo sonríe. Quizá sonríe porque lo acompaña su hijo mayor, José Ramón. Lorenzo Hagerman filma. Hablamos de lo que va a seguir, es casi el único tema: "lo que va a seguir". Más allá de la Presidencia, gane o no, Andrés Manuel López Obrador se plantea la sobrevivencia de los más humildes. Si se permite la imposición, los pobres seguirán en las mismas. López Obrador va más allá, se ha vuelto más ambicioso y su ambición lo ennoblece. Finalmente, lo que nos sucede tiene una dimensión que no sospechábamos. Estamos defendiendo la soberanía, porque el voto es la única defensa del pueblo, es la única acción, el único poder que tenemos y por eso no se puede jugar con él.
NO VAMOS A PERMITIR LA IMPOSICION
"Hay cosas bien definidas. Una, la principal, es que no vamos a permitir la imposición, vamos a hacer todo lo que esté de nuestra parte para rechazar el fraude y dejar a salvo la democracia. Otra decisión tomada es que, estemos donde estemos, en Palacio Nacional, en las plazas públicas o en cualquier lugar, vamos a seguir defendiendo nuestro proyecto de cambio verdadero. Es decir, vamos a seguir luchando contra la desigualdad económica y social, vamos a seguir defendiendo los bienes nacionales, vamos a seguir combatiendo la corrupción, la impunidad, y algo que dije ayer, vamos a luchar por la transformación de las instituciones. Eso es lo único que te puedo decir ahora, porque no sé qué nos depare el destino. La política no es ciencia exacta, es de aproximaciones. No sabemos qué vaya a suceder en estos días. Desde luego nuestra demanda va a seguir siendo el recuento voto por voto, casilla por casilla, y tenemos que esperar a que se desenvuelva todo el proceso legal que decidirá las elecciones presidenciales."
¿EL TRIBUNAL ELECTORAL?
"Posiblemente se abran paquetes que ya se abrieron y que todo sea una farsa; por eso vamos bajo protesta, porque no queremos darles el gusto y que digan que no respetamos las leyes, pero, desde luego, este recuento es parcial."
LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
-¿Canjearías la Presidencia de la República por un liderazgo en la oposición por el resto de tu vida? ¿Te lanzarías a una empresa quijotesca? (El Quijote es un Cristo laico ¿o no?) -No sé, porque todavía no termina el proceso y además sería muy irresponsable de mi parte darle vuelta a la hoja. Esto todavía no termina. -Pero has dicho que no eres ningún ambicioso vulgar. -Por eso te decía al principio que lo que sí tengo claro es que en palacio, en la plaza pública, en la calle, voy a seguir luchando por las transformaciones que necesita el país. -Eres como Arum Has Rachis, que en las noches recorría su ciudad para compartir la vida de la gente en Las mil y una noches. Eso nos hace soñar que eres como el príncipe y el mendigo, que eran tan idénticos que daba lo mismo que el mendigo gobernara o que el príncipe viviera en la calle. Mi pregunta sería: ¿es más fácil luchar aquí en la calle o adentro, en Palacio Nacional? -Estoy acostumbrado a las dos cosas (se carcajea). Sí, a las dos cosas. -Pero te gusta más la calle. -Se abarca más, desde luego, desde el palacio. -Pero en el palacio tienes que convivir con toda la gente que rechazas. -En eso tienes razón, te tienes que moderar porque la institución te obliga a eso, en la plaza pública tienes más libertad. -Puedes ser tú mismo. -Puedes decir las cosas sin medias tintas, en forma directa, le puedes decir más al pan, pan y al vino, vino, y eso también es atractivo. -Si llegaras a la Presidencia, ¿tendrías que moderarte? -Sí, la institución te lo exige, yo lo haría. Es más, durante la campaña y hasta ahora no he dicho cosas que pienso sobre mi país, porque me he autolimitado, porque mi rol es hasta ahora uno. Una vez que se resuelva este asunto, ya veremos. Pero muchas cosas me las guardé porque uno tiene que actuar de una manera cuando es candidato y, desde luego, actuar de otra manera cuando se es presidente, y de otra manera como dirigente de resistencia social. Pero en cualquier circunstancia uno tiene que mantener sus principios. Es nada más un asunto de matices, de moderación. -Andrés Manuel, creo sinceramente que los empresarios no deberían tenerte miedo, porque de llegar a la Presidencia no los afectarías. -No, no lo haría. Se cerraron por la campaña del miedo, se dejaron achatarrar y se creyeron toda la leyenda negra, y ahora se han metido en un conflicto. -¿De llegar tú a la Presidencia, les quitarías algo? -No, lo dije muchas veces en la plaza pública; dije que yo no odio, que no es mi fuerte la venganza. -Eso mismo dijo Edmundo Dantés, el conde de Montecristo: que nunca se vengaría. -Lo que yo quiero es que haya un cambio en el país para beneficio de todos, y de manera especial para beneficio de la gente humilde, de la gente pobre, pero que esto no significaba destruir y mucho menos perseguir a nadie. Nada más he llegado a la conclusión que el grupo que domina en el país no tiene ningún interés por México, por nuestro pueblo. Son muy atrasados, muy retrógradas. -Muy nuevos ricos. -Si, además no tienen llenadera. No es que me tengan miedo, es que no están dispuestos a dejar privilegios. Quieren seguir devorando al país. -En vez de grandeza, hay mezquindad ¿o no? -Son muy limitados, no tienen una visión de empresarios, de inversionistas, con dimensión social, con dimensión cívica. -¿Cómo es posible que no se den cuenta que ningún país puede salir adelante con una inmensa masa sin capacidad adquisitiva? -No se dan cuenta porque además no son capaces de entender que no se puede lograr la gobernabilidad del país, que no es posible garantizar la tranquilidad, la paz social, la seguridad pública en un mar, un océano de desigualdad, que no se va a lograr estabilidad política, social, económica, financiera, mientras siga habiendo esta situación de injusticia, de abandono, de atraso, de pobreza para la mayoría de la gente. Son muy atrasados, muy retrógradas. -Pero ellos necesitan compradores y pueden crearlos elevando el nivel de vida. -Pero también toma en cuenta que los que no quieren el cambio, este grupo de empresarios con intereses creados, en sentido estricto ni siquiera son empresarios, son traficantes de influencias, son especuladores, son los que mediante relaciones con los funcionarios públicos, porque ellos los ponen o los quitan, logran hacer jugosos negocios al amparo del servicio público. Compran Mexicana a cinco centavos si vale un peso y logran que los rescate Hacienda por no pagar impuestos... -El Fobaproa... -Sí, todo eso. Entonces estamos hablando de empresarios que tienen sus fábricas y sus trabajadores y que se esmeran en producir porque tienen que pagar la nómina, porque tienen que sacar avante su empresa, necesitan vender su producto y por eso les interesa fortalecer el mercado interno, pero no. No. A éstos lo único que les interesa es hacer negocios mediante el influyentismo, es decir, lo que proponemos y preferimos a ellos les parece inaceptable. Y te digo una cosa. Hubo oportunidad para acordar con ellos, pero no lo quise hacer. A lo mejor en eso tengo responsabilidad, pero cualquier acuerdo con esta gente implica sometimiento, subordinación. Vinieron a ofrecerme dinero, hubo uno, no te voy a decir quién, que me mandó ofrecer 5 millones, yo pensé que eran pesos, luego me aclararon que eran dólares (ríe), en unos paquetitos, y dije no. Como también te puedo decir que a lo mejor cometí un error, me insistió la maestra Elba Esther Gordillo, que buscó llegar a un acuerdo... -Te hiciste de una enemiga poderosa. -Sí, ya lo estamos viendo. Pero no se puede gobernar un país sin autoridad moral y sin autoridad política, ¿y de qué servía o de qué sirve llegar a la Presidencia atado? Atado por los compromisos. ¿Cómo se le rinde cuentas a la gente, cómo se le reporta uno sin hacer cambios, sólo por el hecho de ser presidente, pero aceptando lo del gatopardismo?, que las cosas van a cambiar para seguir igual, y prefiero estar aquí en el Zócalo a llegar de esa manera.
EN POLITICA CUENTA HASTA LA SUERTE
-Y a propósito de eso, vas a estar aquí en el Zócalo ¿hasta cuándo? -(Sonríe) Pues no sabemos. Porque me preguntan continuamente qué va a pasar, qué voy a hacer. Vino un periodista de The Washington Post, que está cumpliendo con su trabajo, a preguntármelo. Todo el mundo me interroga: "¿Y qué sigue?" "¿Y si el resultado del recuento sale así o sale asado, qué va a hacer?" "Si gana Calderón, ¿usted va a ser el líder de la oposición?" Ese día que me estaba entrevistando me reí y me preguntó: "¿Por qué se ríe?" Le respondí: "Porque la segunda pregunta que usted me va a hacer es si me voy a presentar a competir en el 2012". Los periodistas quieren saber tanto hacia delante porque sólo tienen elementos generales, trazos. "Pueden suceder muchas cosas. Te diría que en política cuenta hasta la suerte y también hay cosas que no puedo decir. Ni modo que lo que voy a hacer se los mande con oficio y con tres copias (se carcajea). Unas aún no están decididas y otras, si no conviene, pues no se las voy a decir, y antes de decírselas a los adversarios políticos se las tengo que decir y proponer a la gente. En fin, es interesante todo esto." -¿Y no te da miedo la responsabilidad que tienes ante tanta gente que está aquí en el Zócalo, afuera en el templete y en los campamentos a lo largo del Paseo de la Reforma? ¿El poder que ejerces sobre la gente, que ha padecido el agua y el frío y la dureza del pavimento y no se ha movido por la fe que tiene en ti?
LA GENTE ME HA AYUDADO TANTO Y CON TANTO COMPROMISO
-Sí, pienso mucho en ella, me ha ayudado tanto y con tanto compromiso. Es mucha responsabilidad, pero ante eso, la nobleza, la buena fe, no debo mentirle a la gente, sino actuar con autenticidad y estar muy atentos para no cometer errores, porque nadie es perfecto, todos cometemos errores. -¿Tú los has cometido? -Claro que he cometido errores y lo que hay que procurar es tratar de no cometerlos, y cuando uno los comete, rectificarlos, pero lo mejor es no cometer errores.
ES MUCHA LA RESPONSABILIDAD
-¿Pero qué te mueve? ¿Por qué andas en esto? ¿Responde a tu amor por la historia? -Desde hace mucho tiempo, desde que era yo joven, conozco la historia de mi país y sobre todo conozco a la gente, he recorrido todo el país, todas las regiones de México. Le tengo un profundo amor y admiración al pueblo, la gente es muy noble, muy buena, lo mejor que tenemos en México es nuestro pueblo. Entonces que no quede por nosotros y hagamos lo que nos corresponde y ¡a esperar! Como lo dije en mi discurso de anteayer: en nuestro movimiento hay humildad y orgullo, hay humildad por diversas razones... -Porque la gente que está aquí es humilde. -Sí, es humilde, pero porque también el poder es humildad, porque no aspiramos a actuar con prepotencia. Pero también hay mucho orgullo porque es muy satisfactorio defender principios e ideales, no jugar con la dignidad de la gente. ¿Te imaginas a estos señores que están acostumbrados a comprarlo todo, la frustración que les debe producir no poder comprar nuestro movimiento? Por eso su tema debe ser: "¿Y qué hacemos con ellos?" Tenían su plan y no les funcionó. Pensaron que nos iban a arrasar en las elecciones y con todo no pudieron y aquí estamos, y yo creo que se siguen haciendo la pregunta de "¿qué vamos a hacer?" Y por eso las propuestas del diálogo y la negociación y el gobierno de transición, por eso nos quieren agarrar la pierna, políticamente hablando, pero no nos dejamos agarrar la pierna. -Pero ¿tú no tienes miedo? -Sí, como no. Claro que tengo miedo, soy un ser humano. -¿Y por tus hijos, tienes miedo? -Sí, pero como a uno no le gusta pensar en lo desagradable, casi no pienso en eso. -¿Tus hijos no han sentido rechazo en la escuela, entre sus compañeros? -Sí, pero están formados para resistir y aguantar. Desde niños están en esto, en la casa siempre se ha hablado de estos temas, así los dejó formados la mamá. -¿Rocío los formó? ¿A Rocío le interesaba la política? -Sí, le interesaba mucho. A ella no le gustaba que la vieran, no era protagónica, pero en la casa desde luego que era un gran apoyo porque ella los formó, se hizo cargo de la educación de nuestros hijos y me los dejó ya encaminados, por eso no nos ha costado trabajo entendernos. Por eso no hemos tenido, a raíz de la ausencia de Rocío, ningún problema entre nosotros y eso ayuda mucho. Desde luego sí resienten mis hijos el rechazo de quienes no están de acuerdo con lo que hacemos, pero eso es natural. Así son las democracias, no se puede aspirar a un pensamiento único. La vida sería muy aburrida si todos pensáramos de la misma manera, y la democracia es pluralidad, hay diversidad y debe haber respeto también.
NUNCA NOS VAN A ACEPTAR LOS QUE TIENEN INTERESES CREADOS
"Pero, en fin, esto es lo que estamos viviendo y yo siempre espero que nuestros adversarios nos entiendan, de manera particular la gente que no está de acuerdo con nosotros y no tiene intereses y vínculos con los hombres del poder en México, que se ha formado una idea de nosotros que no corresponde a la realidad, que deje de rechazarnos. Yo espero que en su momento o con el tiempo llegarán a comprendernos. También estoy seguro que va a ser muy difícil que los que tienen intereses creados nos acepten. Nunca nos van a aceptar. Esa gente no ve con simpatía lo que hacemos, pero su rechazo no es por conveniencia sino porque no les gusta nuestra manera de ser o de pensar. Yo creo que esa gente va a entender. Eso no quiere decir que nos vayan a aplaudir, simplemente que nos entiendan y que haya tolerancia, nada más.
RELACION PROFUNDA CON EL PUEBLO
-Tú tienes ahorita una relación muy profunda, muy cercana con la gente, pero la tuviste también en 1990, cuando el éxodode Tabasco al Distrito Federal, y la tuviste en 1994, cuando viniste a una segunda huelga. ¿Sientes que ahora la gente está más despierta, más comprometida, más dispuesta a entregarse que antes? -Lo estoy viviendo. La gente está muy entregada a la causa. La diferencia de aquel entonces es que ahora es más grande la causa que se defiende. Es muy importante, es una causa nacional, y somos más, muchos más; son otras condiciones. En aquel entonces era más difícil, era abrir brecha, pero ahora es mayor la responsabilidad. -En aquel entonces tú eras más joven, tenías el pelo negro, te acompañó en la marcha del éxodo el doctor Salvador Nava, que caminó contigo un buen trecho a pesar de que tenía cáncer y como médico sabía que él estaba en las últimas.
UNA CAMINATA DE 50 DIAS
-En la última marcha, no sé si la de 91 o la de 94, él nos acompañó. Lo que sí tengo presente es que cuando el Exodo por la democracia en 91, estuvo en el acto de recepción de llegada a México, después de caminar 50 días desde Tabasco. Don Salvador Nava caminó un tramo con nosotros en Puebla. "Desde hace mucho tiempo estamos luchando por lo mismo, aunque quisiéramos que el país fuese otro y ya no siguiéramos diciendo lo mismo. Yo me hago una reflexión última, el día 3 de julio fue, en el sentido de que ya no quería estar como al principio, pero al mismo tiempo queda de manifiesto que no hemos avanzado en el terreno democrático, porque lo poco que se avanza tiene el riesgo del retroceso. ¿Qué se decía antes? ¿De qué hablábamos antes del 2 de julio? Denunciábamos que había una competencia desigual, que no había equidad, que nos querían ganar con el dinero para la manipulación de los medios de comunicación, pero no imaginamos lo que iba a suceder el 2 de julio. -¿Nunca lo pensaste? -Yo lo que pensé es que con todo lo que habían hecho de guerra sucia y el dinero y las manifestaciones en contra mía, íbamos a ganar porque no tomé en cuenta las transas fraudulentas de siempre, pensé que ya habían hecho todo y el domingo 2 de julio iban a dejar en libertad a la gente, pero no fue así.
UNA ELECCION DE ESTADO
"Hay un dato, en las casillas, en los distritos del país donde participó más gente, donde hubo más fervor cívico entre comillas, fue en todos esos distritos donde el PRI y el PAN tuvieron más votos. Se da el caso, por ejemplo, que en el estado de México ganamos nosotros, pero hay 800 casillas donde nos ganan en la misma proporción como ganamos en todo el estado. ¿Qué significa esto? Mínimo, una elección de Estado. Que si son reales los votos, que si están las boletas dentro de las urnas implica un operativo y sólo puede hacerse con los aparatos de Estado y el dinero. Nos reconocen 16 estados, que es la mitad, y esto incluye a los tres más poblados: Distrito Federal, estado de México y Veracruz, y sin embargo en estas casillas de mayor participación sólo tenemos una ventaja mínima en cuatro y en 28 casillas de todo el país. Aunque hagamos a un lado el fraude que significa introducir boletas o falsificar actas, el que se dé una elección con estas características significa que no sólo no hubo una elección limpia, tampoco fue una elección libre, y eso no tiene que ver con la democracia. "Me genera mucha satisfacción el que sin dinero, sin trampas, porque no pueden decir que los gobiernos del PRD regalaron despensas o se dedicaron a hacer campaña en favor nuestro, al contrario, todos los gobiernos de los estados del PRD actuaron de manera respetuosa. Michoacán, Guerrero, Zacatecas, el Distrito Federal, Baja California Sur, allí hubo elecciones libres. Tan es así que la participación ciudadana fue normal. En el caso de Tabasco, allí sí hubo una gran participación y ganamos con un amplio margen, pero son circunstancias muy distintas, allí tiene que ver el paisanaje (son mis paisanos).
EN PAISES COMO MEXICO, LA DEMOCRACIA ES ASUNTO DE SOBREVIVENCIA
"En fin, eso es lo que se vio en la elección y tenemos que seguir defendiendo para que no vuelvan nunca más a repetirse esas prácticas. Por eso digo, la lucha no sólo es por el reconocimiento de nuestro triunfo, la lucha es por hacer valer la democracia. En el fondo, si nosotros permitimos la intromisión no hay futuro para la mayoría de la gente, los que van a decidir no son los del poder y, como lo he venido repitiendo, para mucha gente la democracia puede significar un mecanismo de renovación de gobierno, con el método más adecuado para renovarlo, pero para los países como el nuestro, con tanta pobreza, la democracia se convierte en asunto de supervivencia. Es el medio para mucha gente para vivir mejor, es su aspiración, su esperanza para tener trabajo, tener educación, salud, vivienda, felicidad, no es algo abstracto."
MILLONES PUSIERON TODA SU ESPERANZA EN ESTA ELECCION
"Entiendo que haya sectores que no vean esto como un asunto fundamental, porque ellos tienen una situación económica holgada, pero en México hay millones de seres humanos que no tienen ni siquiera lo indispensable y que pusieron toda su esperanza en esta elección. Ese es el fondo del asunto, no permitir que un grupo se imponga y no matar la esperanza de la gente, no cancelar el derecho a la esperanza. Por eso es por lo que estamos acá.

HISTORIA DE FINAL FELIZ
  • El optimismo del cineasta invade también a los miles de partidarios de López Obrador
  • Esta es una película de aventuras que tendrá final feliz, prevé Luis Mandoki
  • Mientras se anuncian nuevas medidas de resistencia, una señora da a luz en el Zócalo
JAIME AVILES
La actriz Jesusa Rodríguez y Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo Foto Carlos Ramos Mamahua
Entre miles y miles de gargantas indignadas que desde el sábado corean una nueva rima de batalla, ésta con dedicatoria a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) -"¡no sean ojetes, abran los paquetes!"-, Andrés Manuel López Obrador propone dos nuevas medidas para intensificar la resistencia y, mientras el gentío las aprueba y se compromete a impulsarlas, una señora empieza a dar a luz en la esquina del Zócalo con 20 de Noviembre. Luis Mandoki reflexiona en voz alta: "A los pesimistas hay que decirles algo: no se nos olvide que ésta es una película de aventuras con final feliz, y en las películas de aventuras con final feliz al héroe siempre se le complican las cosas, más y más, hasta que triunfa". Con ese optimismo que se multiplica en los mensajes de los carteles y las mantas, en la seriedad del niño de traje negro con el pelo pintado de blanco con todo y gallito parado en la coronilla y la banda tricolor sobre el pecho, o en la escultura del López Obrador de cartón, a escala natural, sentado como presidente de la República sobre una majestuosa e inequívocamente religiosa silla de oro, la gente acepta con algarabía las dos propuestas que abrirán -pero no agotarán ni mucho menos- la agenda de la cuarta semana de la resistencia. Una, asediar "pacíficamente" a Vicente Fox y a su esposa, donde quiera que vayan, "para protestar contra el fraude" y, dos, congregarse este lunes, en punto de las siete de la noche, a las puertas del TEPJF, allá por los rumbos de Culhuacán, "para discutir, para que nos oigan los jueces, las nuevas decisiones que tomará el movimiento". Y más tarda López Obrador en decirlo que el blog del Sendero del Peje en explicar en Internet que para llegar al tribu -apócope del TEPJF- es necesario llegar al Metro Tasqueña y seguir rumbo a Culhuacán, por donde también pasa la calzada de La Virgen. Radio Voluntad Popular En Chapultepec, horas antes de la cuarta "asamblea informativa", cerca de la puerta de Los Leones, nítidos altavoces magnifican las palabras de un locutor aficionado que proclama con voz de terciopelo: "Radio Voluntad Popular, transmitiendo desde el Paseo de la Reforma, con 340 watts de potencia, en espera del mensaje que dará a la nación el presidente Andrés Manuel López Obrador". -¿En qué frecuencia se oye esta estación? -pregunta el cronista. -En ninguna -responde el locutor, después de mandar "al aire" una versión de Bonita, de Luis Arcaraz, tocada con órgano melódico-. Esto es como una obra de teatro o como una radio comunitaria en proyecto. Somos del movimiento en favor de una Constitución política para el Distrito Federal y estamos aquí desde el lunes (hace ocho días). Estamos transmitiendo de 9 de la mañana a 10 de la noche. Una semana después de haber ocupado un tramo de nueve kilómetros desde la fuente de Petróleos, a la entrada de las Lomas de Chapultepec, hasta el Zócalo, el plantón de los seguidores de López Obrador ha trastocado por completo las nociones geográficas del Distrito Federal. -Perdone, ¿aquí es Coyoacán? -pregunta alguien a los habitantes del campamento situado en el cruce de Reforma y Bucareli. -No, aquí es Benito Juárez -responde una señora que está cocinando con la cabeza envuelta en una pañoleta amarilla-, Coyoacán está frente a la Zona Rosa. -¿Aquí es Tlalpan? -arriesga el cronista, a sabiendas de que se encuentra en Polanco. -Aquí es Valle de Chalco, estado de México. Tlalpan empieza ahí nomás -asegura un señor mirando las rejas del Zoológico y las carpas de sus vecinos. La zona está acordonada con mecates de plástico que la gente llama "lazos" y éstos delimitan un área de una cuadra de extensión que el sábado al amanecer fue agredida furiosamente por un joven panista, Manuel Cosío Ramos, de 27 años, que en un acto de locura embistió con su camioneta de lujo una decena de tiendas de campaña, lastimando a varias personas, antes de ser detenido por los elementos de una patrulla, a quienes les dijo que era "ayudante" de Manuel Espino, el presidente nacional del PAN. Ahora, en homenaje al muchacho, que llevaba las placas de su vehículo en la guantera -lo que habla de premeditación, alevosía y mucho, mucho odio de clase de su parte-, una cartulina advierte ante las sillas de plástico partidas en cachitos: "Estos son los destrozos de un pacífico panista que trató de matarnos". Este pueblo sí se ve "¡No sean ojetes, abran los paquetes!" La consigna nació el sábado en la tarde, horas después que los magistrados del tribu resolvieran volver a contar los votos de sólo 9.7 por ciento de las casillas del 2 de julio, ante lo que López Obrador contestará 24 horas después: "No queremos un diezmo de democracia, la queremos al cien por ciento". En los gritos de la muchedumbre indignada, en las bocas desdentadas de los ancianos más pobres, en las lágrimas de los ojos que brillan de rabia antes del chubasco sabatino, cuando López Obrador dice que "negarse a abrir todos los paquetes es la prueba más contundente de que ganamos la Presidencia de la República"; en los coros espontáneos que aseguran mil veces que no darán "¡ni un paso atrás, ni un paso atrás!", en la reiteración única y sin embargo desdeñada del ¡voto por voto, casilla por casilla!, la cólera popular crece y crece al igual que la certeza de la gente en su victoria. Si para unas y otros la suciedad del proceso electoral es gigantesca pero la fuerza, el tamaño y la extensión del movimiento son más grandes, nadie duda que hoy lunes, apenas amanezca, los medios desatarán una nueva andanada de insultos contra el tabasqueño. Por eso éste, en el tramo final de su discurso de ayer domingo -después de recorrer los cuatro costados de la plancha estrechando manos y repartiendo saludos antes de subir al templete a escuchar los mensajes de los dirigentes de los tres partidos de la coalición que lo apoya-, dedicó especial atención al papel que los grandes medios electrónicos han jugado en esta coyuntura. "Después de las elecciones de 1988, la televisión ni pagando sacaba anuncios del PRD. Eso empezó a cambiar hace unos 10 años, cuando ya era yo presidente del partido. Había una apertura, los medios se volvieron más distantes al poder y más cercanos al pueblo, pero en los últimos meses también se ha retrocedido en lo que habíamos logrado en materia de libertad de expresión, ¡y eso es algo que tampoco estamos dispuestos a permitir!", expuso, causando tal vez renovado asombro en quienes han repetido con insistencia que por impugnar el resultado electoral "está echando por la borda su capital político". Eso no parecía estar en sus cálculos cuando agregó: "dicen que ganamos muchos senadores, muchos diputados, que ya nos conformemos. Pero nuestra lucha no es por cargos, sino por defender la democracia y transformar el país pensando en las generaciones futuras, en los que vienen detrás de nosotros. Si a mí únicamente me moviera la ambición, si quisiera llegar a la Presidencia a cualquier costo, como dicen, hace tiempo que habría negociado con la mafia de la política, ¡pero no lo he hecho y por eso estamos aquí!" Y de pronto alguien por ahí comenzó a gritar, y a sus vecinos agolpados por decenas de miles detrás del templete ante la fachada del Palacio Nacional les gustó la idea, y mientras la señora de 20 de Noviembre sentía las contracciones más fuertes y los médicos corrían a auxiliarla, el Zócalo se puso a vibrar debajo del sol coreando: "¡Este pueblo sí se se ve, este pueblo sí se ve!", hasta disolverse, antes del "corte a", en la película de aventuras que según Mandoki se aproxima día con día a su final feliz.

ENTREVISTA / ALEJANDRO ENCINAS RODRIGUEZ, JEFE DE GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL
ELENA PONIATOWSKA
Estamos dando una lección de democracia al mundo "La democracia ha bajado a todos los estratos sociales" Junto con el movimiento de 1968, este momento es uno de los cuatro grandes hitos en la historia de la democratización del país, expresa el gobernante. Respecto de 1988 y 2006 dice: ahora la izquierda está en condiciones de defender lo que ha ganado
El mandatario capitalino durante la charla Foto Marco Peláez
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas, está en el ojo del huracán. La prensa, la televisión, la radio lo bombardean: "Exige la iniciativa privada a Encinas aplicar la ley o irse", "Baja la credibilidad de Encinas", "Piden a Encinas: haga su chamba", "O cumple o deja su puesto". Sin embargo Enrique Quintana, comentarista político y analista financiero -absolutamente creíble, y a quien respeto desde hace muchos años- asegura que el conflicto poselectoral no parece estar haciendo mella en la economía. Ante su satanización, Encinas, seguro de sí mismo y de lo que está haciendo, sonríe desde lo alto de su buena disposición hacia la vida. Jovial, tranquilo, a él tampoco parece estarle haciendo mella el plantón en el Zócalo ni el cierre del Paseo de la Reforma, que según los analistas afecta a millón y medio de autos y causa incontables problemas a los usuarios del transporte público que cruzan la ciudad para ir a su trabajo. Ya de por sí la tienen difícil, pero ahora su travesía se ha vuelto infernal. A Encinas le reprochan ser juez y parte; él es perredista y sucesor de Andrés Manuel López Obrador en la jefatura de Gobierno del Distrito Federal. -¿Cuál sería su reacción si fuera el PAN el que ha tomado el Zócalo? -Haría lo mismo si fuera el PAN el que tomara el Zócalo. "Si el Partido Acción Nacional estuviera haciendo estos actos de resistencia civil pacífica, como los ha hecho durante muchos años a escala nacional y en los estados, yo lo respetaría en los mismos términos y condiciones, como lo he hecho con las manifestaciones y plantones de maestros, con la marcha contra la inseguridad pública, con el Foro Mundial del Agua, con Antorcha Popular, porque yo estoy convencido no solamente de que el ejercicio de la libertad debe ser pleno y abarcar todos los sectores independientemente de que coincidamos o no, sino también porque estoy convencido de que la ruta para resolver los problemas políticos es la razón y que el uso de la fuerza pública no resuelve estos problemas; por el contrario, a veces una decisión inadecuada no solamente no resuelve el problema, sino genera un conflicto mayor. Ahí están las experiencias negativas en San Salvador Atenco, en Lázaro Cárdenas, Michoacán; el problema de los maestros de Oaxaca, que son ejemplo de cómo una mala decisión de los gobernantes, lejos de resolver un conflicto, puede agravarlo. En este sentido asumo plenamente mi responsabilidad. Yo no voy a reprimir este movimiento porque estoy convencido, en primer lugar, de que no es la vía de solución y de que, por el contrario, una solución de esta naturaleza tendría implicaciones mucho más allá del Distrito Federal y podría desatar más una crisis institucional que un conflicto social de alcance nacional."

EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968, DETONADOR DE LA DEMOCRACIA
-El movimiento estudiantil de 68 fue constructor de la democracia, ¿cree usted que éste también? -Indudablemente. El 68 marcó un hito en la historia de este país. Yo creo que hay tres grandes hitos que nos han permitido avanzar en la democratización de México. El más importante, sin lugar a dudas, es el movimiento popular estudiantil de 1968, que fue un enfrentamiento brutal contra un régimen totalitario y autoritario. Vienen las luchas de los años 70, el movimiento guerrillero, la época de la guerra sucia, viene la reforma política, la apertura electoral, pero un segundo momento que para mí es fundamental es la respuesta social frente a los sismos de 1985, que no solamente inició el proceso de democratización de la vida política de la ciudad, sino que marcó un avance muy importante en el cuestionamiento del régimen autoritario que teníamos en este país. El tercer momento fue 1988, que no solamente cuestiona al partido de Estado, sino que configura una alternativa que va consolidándose de manera significativa hasta el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas en 1997. Hoy estamos, desde mi punto de vista, en el cuarto hito del proceso de transición democrática o de conformación de nuestra democracia en el país, que es este proceso electoral. Me refiero al 2006, pero esto es resultado de toda una campaña y un proceso de muchos años, donde, empezando por el Paraje San Juan, por los videoescándalos, el desafuero, la guerra sucia en los medios para destruir a unos de los candidatos, ha logrado consolidar un polo democrático que va a marcar los próximos años. Yo vería al 68 como el gran detonador de los cambios democráticos que se han ido consolidando siempre con fenómenos de mucha participación social. El asunto de los sismos fue una respuesta espontánea de la gente; el 88 no solamente significó la ruptura de la corriente democrática en el PRI y el acercamiento con la izquierda, sino una insurgencia electoral popular, y ahora lo que estamos viendo es un movimiento que tiene en el eje de su actividad la defensa de la institución más preciada, que es el voto, y creo que este movimiento va a marcar la historia de nuestro país.

CARDENAS, EL PERDEDOR
-El New York Times y el Financial Times están en favor del recuento de votos, y el periodista David Swanson va aún más lejos al decir que le da vergüenza no ser mexicano porque en Estados Unidos ni Gore ni Kerry lucharon por su voto; al contrario, se rindieron de inmediato. -Yo creo que estamos dando una lección democrática al país y al mundo. Afortunadamente México ha sabido encauzar bien esas protestas y para eso hay que ver cómo en otras latitudes, donde se supone que es mayor el desarrollo democrático, no sólo tienen problemas en el ejercicio de sus procesos electorales, sino que no saben manejar sus diferencias ni aclarar los conflictos que se generan después de las elecciones. Esta es una lección para los candidatos que en Estados Unidos no estuvieron a la altura del reclamo de sus electores. -¿Cree usted que en el caso de México, en 1988, Cuauhtémoc Cárdenas debió luchar más? -Son dos momentos políticos distintos. Lo cierto es que en 88 estábamos en una situación de incertidumbre donde había la expectativa de ganar la elección, pero no se contaba con la estructura ni todo mundo estaba convencido de que se iba a ganar; entonces el conjunto de alianzas políticas, desde mi punto de vista, era muy frágil, y esa fragilidad se evidenció a muy corto plazo cuando el Frente Democrático Nacional se desintegró. Ahora estamos ante un fenómeno muy distinto, porque existe un liderazgo muy fuerte y una estructura nacional, además de una corriente mucho más organizada y mucho más consciente. Yo creo que la coalición Por el Bien de Todos ha trabajado muy bien, con libertad, pero el fenómeno político y social construido desde 88, más adelante con el primer triunfo en la ciudad de México en 97, la experiencia exitosa del gobierno de la ciudad a partir de 2000, ha generado un movimiento nacional muy sólido y positivo. Hay gran diferencia con el movimiento nacido en 1988, a pesar de que se tenía una corriente electoral muy fuerte, y también hay que recordar que había otro tipo de PRI. Era la parte final, en agonía, del partido de Estado, y hay que reconocer también que hemos avanzado, nos ha costado mucho y hay que verlo como un éxito. Alcanzamos con esta elección la posibilidad de ser la primera fuerza nacional. -Sí, la izquierda ha pasado de perdedora a un adelanto tremendo por primera vez en la historia, pero el triunfo no compensa el fraude. -Hemos ido ganando en corto tiempo; estamos hablando de menos de 30 años, desde la primera participación electoral abierta de izquierda, en 1979, hasta ahora convertirnos prácticamente en la primera fuerza nacional. Hay que ver esos avances y defenderlos. Habrá mucha gente que quisiera que regresáramos a la marginalidad, que saliéramos de la lucha pacífica electoral. No lo van a lograr. No solamente porque estamos convencidos, sino porque hemos podido acreditar una mayoría, y creo que lo que se está defendiendo en este momento es, aparte de la ruta democrática, la estabilidad del país; es más el derecho de la izquierda a convertirse en la mayoría, el derecho de todos los mexicanos a que podamos tener ya nuestras opciones políticas totalmente claras. Esa es la gran diferencia entre 1988 y 2006, y ahora estamos en condiciones de defender lo que hemos ganado y de conducir nuestro destino. -Las consecuencias del megaplantón son humanas, pero también económicas. Se nos dice que la ciudad está perdiendo millones, que vivimos en una zona de desastre... -Claro que sí hay una afectación. También hay que entender que no toda la ciudad está colapsada. Tenemos un corredor de la ciudad con afectaciones negativas por los 47 campamentos hasta la fuente de Petróleos. Hace muchos años la ciudad perdió su centralidad. Este no es el único centro del DF, tenemos muchos centros, y esto permite que la ciudad mantenga su operación regularmente. En esta zona donde ha habido alteración, como gobierno, debemos mitigar los efectos de los campamentos y lo hemos hecho con todo el ordenamiento vial, cambio de sentido de vialidades, vialidades de doble sentido, y se han llevado a cabo con toda la seguridad las actividades cotidianas en el perímetro afectado. -Eso no ha impedido el horror del tráfico... -Estamos conscientes de que debemos dar apoyos a las empresas, a los hoteles, a los restaurantes, a los negocios que ven afectada su actividad económica regular. He atendido sus quejas y ha habido entendimiento. Las cúpulas nacionales han querido generar una imagen de ingobernabilidad en la ciudad, pero con las cámaras locales, los operadores de servicios, tenemos una muy buena relación y vamos a apoyarlos. Pero también tenemos que apoyar al sector más afectado, el de los trabajadores, los comerciantes, los empleados, para que no haya despidos, se mantengan las fuentes de empleo, pero además debemos atender las necesidades de los peatones que realmente tienen derecho a ser los más molestos, los que toman el microbús, transbordan, toman peseros, el Metro... -Pero los que más se han quejado ¿no han sido los automovilistas? -Sí, hay que reconocer que hay una afectación real, y asumirlo con responsabilidad. Por supuesto, tenemos que ayudar a mitigar esta situación de la mejor manera posible. Pero también, como se lo hemos dicho a la gente que ha hecho reclamos, todos tenemos que tener en claro, primero, que es un problema que no se deriva de una problemática del gobierno local, sino que tiene que ver con un proceso de elección federal; segundo, que estamos trabajando para enfrentar esta situación y resolver los impactos negativos, y tercero, que no vamos a tomar una decisión irresponsable que se convierta en una situación de violencia, como las que hemos vivido en Guadalajara, en Cancún, en Oaxaca, Michoacán. Hay ejemplos en las grandes urbes de cómo una decisión mal tomada genera amotinamientos, como en París. Cuando compartimos nuestras decisiones, la gente entiende que los fenómenos y los problemas políticos o sociales van más allá de una afectación coyuntural por una manifestación política. Creo que, a pesar de las campañas contra el gobierno, la gente empieza a ubicar la toma del Zócalo en su justa dimensión. (Como para corroborar las palabras del jefe de Gobierno, se oye en la calle el canto de una mujer. En el templete, los artistas bailan, recitan, tocan diversos instrumentos desde que amanece hasta que anochece.)

LA DEMOCRACIA SE HA DEMOCRATIZADO
-La toma del Zócalo ha sido calificada como el aprovechamiento de los "jodidos". En la mañana Francisco Almaguer, quien tuvo la valentía de darme su nombre, me dijo que estaba tan decepcionado que iba a ir al Zócalo a quemar mis libros. "Usted nos ha decepcionado. Ya no creemos en usted. ¿Por qué cortan las calles? Con su paro cancelan nuestros derechos a la mayoría y es una vergüenza que jalen a los jodidos con un bolillo. Lo de ustedes es una chafez, una jodidez." Lo escuché sin chistar porque sentí que estaba llorando. -Esto es parte del fenómeno de la campaña de descalificación y de miedo, la del supuesto peligro para México que trajo consigo reacciones que son señales de la parte cruda de nuestra sociedad, donde hay sectores que alentaron la discriminación y el desprecio, el racismo, esa idea de que la coalición Por el Bien de Todos representa a la gente que no tiene estudios, a los pobres, a los acarreados, un enorme desprecio. Creo que ése es uno de los saldos más negativos que tuvo esa campaña sucia en los medios. En contraparte, esa derecha que creíamos que había evolucionado, que era una derecha marginal y que de repente afloró con mucha fuerza en círculos con mucho poder económico, también se empieza a contrarrestar, porque yo no creo que la toma del Zócalo y la división actual sea asunto entre ricos y pobres o de buenos y malos. Tiene que entenderse como el reflejo claro de lo que es la diversidad política del país, y creo que el fenómeno político más importante de este movimiento es que la gente ha hecho suya una demanda democrática fundamental, el ejercicio y el respeto al voto. Como han dicho algunos especialistas, la democracia se ha democratizado, ha bajado a todos los estratos sociales y para mí es impresionante ver concentraciones de cientos de miles de personas en las que la demanda es el respeto al voto, utilizando los instrumentos legales, no sólo el derecho a la manifestación, sino acudir a las instancias jurisdiccionales, que son las que califican el proceso electoral. Nadie está planteando ni la revolución ni la ruptura social; todos están defendiendo una vía legal y legítima para la definición de las autoridades y del gobierno que conduzca a la República, y creo que es el mejor reflejo de que ésta es una sociedad que cree en la democracia. Seguramente el desprecio, la agresión, la discriminación, el racismo, ya afloraron en sectores muy conservadores de nuestra sociedad, pero pueden ser contrarrestados con un movimiento como el de la coalición Por el Bien de Todos, que entiende que las cosas han cambiado y que nos hace falta madurar mucho para eliminar los rezagos de intolerancia y de racismo. Estamos construyendo una ruta basada en la ley y en el entendimiento.

ENTREVISTA / ALEJANDRO ENCINAS RODRIGUEZ, JEFE DE GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL
Soy de izquierda; ésta también es mi lucha Mi obligación, atender las demandas de los habitantes del DF

En relación con el megacampamento asentado en Paseo de la Reforma, el funcionario define de entrada: la Constitución está por encima de cualquier bando, de manera que "privilegiaremos el diálogo y no reprimiré este movimiento"

ELENA PONIATOWSKA /II Y ULTIMA

En este momento "no veo la comisión de ningún delito con esta protesta electoral que estamos viviendo", expresa Encinas Rodríguez Foto Marco Peláez

Alejandro Encinas es orgullosamente chilango, niño de Tacubaya, de San Miguel Chapultepec, de la calle de Gelati para ser más precisos. Se identifica con su cuadra, su barrio y toda su vida la ha vivido en México; cursó el bachillerato en la Prepa 8 y se licenció de la Facultad de Economía de la UNAM. Se siente privilegiado por haber estudiado en una institución pública de la calidad y la categoría de la UNAM. Tiene una mujer que se llama María, que camina sonriente a su lado, y cuatro hijos -dos hombres, dos mujeres-, y tres nietos. Su familia, muy solidaria, lo ha acompañado a lo largo de toda su carrera política, pero ha sabido separar su vida pública de la privada. No sólo simpatizan con su causa, sino que están activos y, aunque discuten, avanzan en la misma línea, la de su causa, y lo ayudan a enfrentar situaciones como esta toma del Zócalo y de Paseo de la Reforma, que para él es una prueba. "Cuando uno está bien en el frente interno, en la casa, uno enfrenta muy bien sus responsabilidades públicas y creo que mi familia me ha dado estabilidad, seguridad y confianza."
LA VIOLACION DEL BANDO 13 POR EL PROPIO LOPEZ OBRADOR
-¿Considera que la Constitución de México está muy por encima de los bandos? -Sí, creo que lo que hay que tener claro ahí es el problema del doble discurso. Cuando empezamos a publicar los bandos informativos en el Gobierno del Distrito Federal, el PRI y especialmente el PAN nos cuestionaron señalando primero que el jefe de Gobierno no tenía atribuciones para emitir disposiciones de esa naturaleza. En segundo lugar decían que los bandos no tenían ninguna validez legal, toda vez que no habían resultado de un proceso legislativo. Incluso hubo en la Asamblea Legislativa muchas discusiones de la presentación de una controversia por el PAN en la Corte contra uno de los bandos, el número nueve, y la Corte lo echó para atrás. Nosotros siempre pensamos que los bandos informativos son bandos programáticos de política pública y así los hemos mantenido. Pero ahora quienes los criticaron quieren darles una vigencia que ellos mismos cuestionaron. Yo aquí no me enredo, lo tengo muy claro: aquí lo que rige es la Constitución, que es la ley suprema, las propias jurisprudencias de la Corte, que señalan con toda precisión que el ejercicio de las libertades está garantizado en nuestra Carta Magna. La represión de los movimientos es una violación de las garantías individuales, así lo ha dicho la propia Corte, y ése es el marco legal en el que nosotros nos vamos a seguir moviendo. "El bando número 13 no se está violando por una razón muy sencilla, porque establece con toda claridad dos cuestiones que no se han atendido: una, que siempre vamos a privilegiar el diálogo y la negociación para resolver los problemas políticos y sociales que se presenten en la ciudad, y dos, que en los asuntos de carácter federal se buscará la coordinación con las autoridades federales competentes, ya que, siendo problemas ajenos a la ciudad, el gobierno federal debe intervenir en su solución. Estas son dos cuestiones fundamentales. Finalmente, que el uso de la fuerza pública sólo se dará en aquellos casos donde se viole la ley, y en este momento yo no veo la comisión de ningún delito con esta protesta electoral que estamos viviendo."
LA REPRESION NO HA RESUELTO LOS PROBLEMAS
-Pero como jefe de Gobierno ¿no cree que Andrés Manuel ha sido injusto con usted y le exige más que a ningún otro al ponerlo entre la espada y la pared? -Estoy consciente de que la ciudad de México, que ha sido tan generosa con nosotros, que es un bastión de la izquierda en México, que ha permitido consolidar ya tres gobiernos sucesivos con una ratificación ya muy importante en las elecciones, tiene también, por el solo hecho de ser la sede de los poderes federales, un costo de capitalidad muy alto. Solamente entre el 5 de diciembre de 2000 y el día de hoy tenemos alrededor de 4 mil 700 manifestaciones, mítines, plantones derivados de problemas de otros estados. En todos los casos los hemos atendido con mucha responsabilidad. No ha sido la represión la que ha resuelto este tipo de problemas, por el contrario, hemos sabido conducirlos hasta su desenlace. Y trato a este movimiento de la misma manera. Es un movimiento con el cual yo tengo identidad y simpatía política y en el que siempre he participado. No voy a caer en ninguna ambigüedad, yo tengo perfectamente definida cuál es mi posición política y la necesidad de que se haga el recuento (de votos) y tengamos certeza en los resultados de la elección, pero al mismo tiempo tengo la responsabilidad de que la ciudad funcione. Mi obligación es atender las demandas de todos los habitantes del Distrito Federal. En esa línea tan tenue tengo que moverme con mucha responsabilidad, y si bien tengo presiones de la Coalición por el Bien de Todos, por el hecho de la movilización, también tengo presiones de medios de comunicación, de vecinos que legítimamente han sido afectados y reclaman sus derechos. También existen las tensiones de grupos interesados en hacerle pagar el costo de este fenómeno de polarización política al jefe de Gobierno y al gobierno de la ciudad. Si vemos el comportamiento de algunos medios de comunicación y grupos de interés que propiciaron la guerra suciay la campaña del miedo, ahora se enfocan en el jefe de Gobierno para convertirlo en el eslabón débil de un movimiento. Intentan desacreditar no sólo al gobierno, sino la reivindicación de la demanda del voto por voto, casilla por casilla. Y es en ese filo de la navaja en el que tengo que moverme, pero yo lo asumo porque siempre voy a ser congruente con lo que pienso y voy a actuar con la responsabilidad de las atribuciones públicas que me corresponden. "Por eso cuando se me pide que intervenga con la fuerza pública para desalojar, contesto enfáticamente que yo no voy a reprimir este movimiento, no por la simpatía que tenga por él, sino porque yo he respetado a lo largo de mi vida pública el ejercicio del derecho de manifestación de todos los partidos y de todas las organizaciones." -Pero, el Presidente de la República ¿tiene poderes para ordenar el desalojo? -Bueno, en términos estrictos, no, aunque tiene instrumentos para hacerlo. El Presidente de la República tiene atribuciones para remover al jefe de la policía capitalina. Ya lo hizo en una ocasión. Después de los hechos de Tláhuac removió a Marcelo Ebrard como secretario de Seguridad Pública y aquí tendría dos opciones: o solicitar, como establece la ley, que el jefe de Gobierno haga una propuesta para que sea ratificada por él, o tomar directamente el mando de la policía. Eso implicaría una crisis institucional, porque el mando de la Secretaría de Seguridad Pública debe estar sujeto a la autoridad local, y por supuesto yo no aceptaría una decisión de esta naturaleza porque no voy a abdicar de mis responsabilidades legales. Esperemos que no lleguemos a eso, porque sería ya no solamente un conflicto vinculado al proceso electoral, sino institucional entre el gobierno federal y el Gobierno del Distrito Federal. -Pero el Presidente, al declarar "están jugando con fuego", ¿no está haciendo una amenaza? -Yo lo entiendo así. Es muy importante cuidar el lenguaje en los momentos difíciles y más cuando tenemos responsabilidades de gobierno y de ejercicio de la función pública. Una frase de esa naturaleza no ayuda en momentos de crispación política. Estoy convencido de que cuando uno actúa conforme a sus ideas, sus principios, uno puede estar tranquilo a pesar de la multitud de presiones, legítimas o no, que ese tipo de movimientos genere. -Pero, ¿duerme usted bien en estos momentos? -Absolutamente. Tengo la conciencia tranquila, yo siempre actúo con responsabilidad. Esto me ayuda a tener mucha claridad en la toma de mis decisiones y, por supuesto, estoy convencido de lo que estoy haciendo, estoy consciente de que habrá muchos sectores que querrán desgastar, quitarle legitimidad al movimiento hasta fincar una responsabilidad de carácter penal, pero ya tengo años en la política y lo que a mí me ha animado toda la vida es ser congruente con lo que pienso y en eso no voy a cambiar.
RIESGO DE REGRESAR AL PASADO
"Yo creo que estamos en un momento histórico muy importante para el país, donde por primera vez podemos consolidar un proceso de transición democrática. Si bien se logró la alternancia política hace seis años, en esos seis años se desaprovechó la oportunidad de ir sentando las bases para una consolidación del cambio democrático. Y hoy, en un escenario derivado de una elección de Estado que nos dejó saldos muy negativos -una polarización social importante, un asunto de crispación política, una pérdida de credibilidad de las autoridades electorales, una falta de credibilidad en el resultado mismo de las elecciones- nos encontramos ante la disyuntiva de avanzar y consolidar la vía electoral y el voto como la institución básica de la democracia mexicana, o corremos el riesgo de regresar a tiempos pasados, donde no hay base legal o constitucional real para la legitimidad del próximo gobierno. En ese sentido creo que debemos ubicar en su justa dimensión el problema que enfrentamos, que va más allá de la manifestación que los distintos partidos de la coalición Por el Bien de Todos han venido realizando para que se exija el recuento de la votación, y creo que ése es un tema central para el futuro del país. Creo que la necesidad de certeza en los resultados electorales y de que el tribunal haga un trabajo que permita acreditar ante los mexicanos y las mexicanas que su voto cuenta realmente es una condición fundamental para garantizar la gobernabilidad del país y para legitimar al próximo gobierno.
"Yo, por supuesto, en mi carácter de jefe de Gobierno, estoy obligado a ir más allá de mi identidad y de mi pertenencia partidaria, pero también tengo que ser muy claro en la definición de mis puntos de vista, no incurrir en ninguna simulación y manifestar abiertamente mi posición. El futuro del país va a depender en gran medida de la certeza que dé el tribunal sobre el resultado electoral, independientemente de los costos que yo tenga que pagar porque en un momento de tensión y crispación política, como el que estamos viviendo, una decisión mal tomada, lejos de ayudar a un problema como el de los campamentos en el Paseo de la Reforma, no sólo puede agravar la situación, sino crear mayor tensión política y llevar al país a la ingobernabilidad. Frente a la adversidad tengo que garantizar la seguridad y la tranquilidad de los habitantes de la ciudad y al mismo tiempo mitigar los impactos negativos que este tipo de medidas tienen. Tengo además que garantizar la protección civil, la cuestión sanitaria, evitar actos de provocación que degeneren en actos de violencia. Yo siempre he sido optimista, si no lo fuera no estaría en el movimiento. Tengo la esperanza de que el tribunal electoral tendrá una resolución adecuada al momento histórico y político que estamos viviendo, que nos lleve a una reconstrucción institucional del país. ¿Qué entiendo por esta reconstrucción institucional? No sólo la legitimidad del próximo gobierno, sino la necesidad de ir construyendo un proyecto de nación que reconozca nuestra diversidad, que establezca la tolerancia para una convivencia entre quienes pensamos diferente, y que haga reformas a todas las instituciones. Podemos avanzar mucho en la alternancia política, en el acotamiento del Ejecutivo, en el fortalecimiento del Poder Legislativo. Los partidos políticos no reflejan lo que es esta sociedad. Los medios de comunicación, las cámaras empresariales, las instituciones de educación públicas y privadas, las iglesias requieren una revisión profunda de lo que somos como país.

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